Manuel González
Inversión de Impacto: ¿Puede ser el oxígeno fuente de inversión extranjera en Costa Rica?
La expresión "te vendieron aire" ha pasado a tener un sentido completamente distinto
Recientemente, un grupo de inversionistas extranjeros formalizó una relación comercial en Costa Rica que involucraba un bien relativamente inexplorado hasta la fecha; la compra entre partes privadas del oxígeno generado por bienes inmuebles por medio de su usufructo.
El equipo, liderado por Manuel A. González, socio de la firma Facio & Cañas, fue el responsable de esta transacción, representando a los adquirentes del vital gas.
De primera entrada, pueden surgir dudas: ¿Cómo se concede el derecho sobre el oxígeno que produce un bien inmueble? ¿Cómo se tutela a nivel internacional esa inversión? ¿Queda registrada esa compra para otorgar seguridad jurídica? ¿Por cuánto tiempo? ¿Cómo se cuantifica la producción de oxígeno?
Aunque suene como a una extraña idea extraída de la novela "Lórax", del reconocido autor infantil Dr. Seuss, la realidad es que en Costa Rica la adquisición y uso del oxígeno como fruto de inmuebles con bosque es un bien objeto de inversión. La enajenación del oxígeno se logró a través de la figura jurídica del usufructo, regulada en el Capítulo III del Código Civil (CC). Este derecho, como uno de los elementos del dominio, puede ser traspasado e inscrito a nombre de una persona física o jurídica, nacional o extranjera. Según el artículo 287 del CC "en virtud del derecho de usufructuar las cosas, pertenecen al propietario todos los frutos naturales, industriales o civiles que ellas produzcan ordinaria o extraordinariamente" [1]. En este caso, aplican los que se definen como frutos "naturales", que son todos aquellos que espontáneamente produce la tierra o vienen de productos y crías de los animales. Entendiendo que la producción de oxígeno es un fenómeno espontáneo de la tierra, tiene sentido que se pueda conceder su usufructo. En esta transacción el usufructo del oxígeno quedó inscrito a nombre de una persona jurídica extranjera. Sin embargo, aplica una limitación temporal, ya que el plazo máximo del usufructo que se otorga, según el artículo 359 del CC es de 30 años, pero puede traspasarse de nuevo al vencimiento por acuerdo expreso de las partes en ese momento [2].
Un tema cuya importancia tiene un acelerado aumento es la "Inversión de Impacto". Esto se relaciona con la actividad comercial que busca influenciar positivamente a nivel social, ambiental y gubernamental, los llamados "ESG" [3] (en las siglas en inglés de "Environmental, Social and Governance). Este tipo de inversiones, como las descritas intentan, entre otras cosas, la reducción de la huella de carbono [4]. Usufructuar el oxígeno no tiene como fin ulterior la utilización del espacio aéreo para fines comerciales, sino más bien la conservación del ambiente por medio de la protección del bosque, pero con rendimientos económicos, acordado entre privados y sin asistencia gubernamental (como los exitosos programas de FONAFIFO [5]).
Costa Rica busca ser un centro mundial para la "Inversión de Impacto", y poder adquirir el uso del oxígeno se relaciona íntimamente con dicha perspectiva. Costa Rica es un "país verde", donde hasta el oxígeno es fuente de inversión y rendimientos económicos, además de los beneficios ecológicos generados de la conservación.
Las inversiones en Costa Rica pueden gozar de la protección de tratos internacionales, ya que Costa Rica es signataria en más de 14 tratados de libre comercio. En este caso, se consideró el Tratado Bilateral de Inversión Costa Rica – Alemania [6], que en su artículo 1.1(a) tutela operaciones sobre los Derechos Reales de una propiedad donde se puede subsumir la figura del usufructo lo que posibilitó el éxito de la transacción.
Este acercamiento a la inversión entre partes privadas del oxígeno en Costa Rica cambia el paradigma de la visión tradicional de la inversión extranjera. Poder invertir en algo esencial para la vida, como el oxígeno, es un paso en la dirección correcta para futuros focos de desarrollo. Permitir una transacción como esta da a los inversionistas una cuota de seguridad y, a los propietarios locales, una remuneración adecuada, justa y de largo plazo por la conservación de los bienes inmuebles con bosque.
Definitivamente, la expresión "te vendieron aire" ha pasado a tener un sentido completamente distinto y una connotación inequívocamente positiva. Avances como estos ciertamente representan una bocanada de oxígeno fresco para el futuro de Costa Rica y el planeta.
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