Promover prácticas sostenibles en el mundo del arte
¿Qué papel deben desempeñar creadores y coleccionistas?
Stonehage Fleming - En este tercer y último artículo de nuestra serie sobre las tendencias de sostenibilidad que afectan al mundo del arte, Anna Smith analiza el papel de personas clave -los coleccionistas y los artistas- que suman sus voces al movimiento.
Muchos artistas llevan tiempo haciendo sonar las alarmas del cambio climático, la sostenibilidad y la protección del medio ambiente. Ya en los años 60 y 70, la artista Agnes Denes se erigió en pionera del arte medioambiental con obras como Rice/Tree/Burial y, más tarde, Wheatfield, en las que utilizaba plantas vivas como árboles, arroz y trigo para comentar el consumo humano, la gestión de residuos y nuestra relación con la Tierra.
Últimamente, artistas contemporáneos como el islandés-danés Olafur Eliasson, conocido sobre todo por sus esculturas e instalaciones a gran escala, han asumido este papel. La obra de Eliasson, Ice Watch, una instalación temporal que se extiende por toda la ciudad y consiste en 30 bloques de hielo glaciar colocados en espacios públicos de Londres, para luego dejar que se derritan, es un buen ejemplo. La obra pretendía servir de recordatorio visual y visceral del impacto del calentamiento global en el medio ambiente. Desde entonces, ha llevado su activismo un paso más allá: su estudio, con sede en Berlín, anunció su intención de ser neutro en emisiones de carbono en los próximos diez años, evitando el transporte aéreo y reduciendo los viajes en la medida de lo posible.
Otros artistas, como el escultor ghanés El Anatsui, incorporan la sostenibilidad a la propia materialidad de sus creaciones. Anatsui utiliza objetos encontrados y materiales reciclados y reutilizados para crear sus obras, no sólo reduciendo su huella medioambiental, sino también animando a los espectadores a reevaluar lo que se considera basura y lo que se considera arte.
Los coleccionistas pueden hacer mucho para intentar mitigar el efecto que su pasión por coleccionar arte puede tener en el medio ambiente. Según un estudio realizado en 2022 por la organización benéfica Julie’s Bicycle, de los 70 millones de toneladas de emisiones de CO2 generadas anualmente por el mundo del arte, la friolera del 85% corresponde a los viajes de los visitantes. Esto pone en manos de los coleccionistas de arte -especialmente de los de alto poder adquisitivo- un gran poder para influir en la respuesta del mundo del arte.
El último artículo de esta serie analizaba el creciente interés de galerías, museos, casas de subastas y transportistas de arte por la sostenibilidad. Esta tendencia ha sido impulsada en gran parte por los propios coleccionistas. Por ejemplo, el director mundial de Operaciones y Programas de Sostenibilidad de Christieha declarado que sus objetivos de política de cero emisiones netas son una «consecuencia directa de las preocupaciones medioambientales de sus clientes y coleccionistas».
Según nuestra experiencia, muchos coleccionistas han hecho de la colección de artistas concienciados con el clima un principio básico de su estrategia de coleccionismo como forma de ayudar a promover y apoyar la concienciación pública en torno a los problemas del cambio climático.
Al comprobar qué galerías e instituciones son miembros de organizaciones climáticas, como la GCC, los coleccionistas pueden elegir hacer negocios con organizaciones que dan prioridad a la sostenibilidad y se esfuerzan activamente por reducir su huella de carbono. Y aunque suponga un pequeño sacrificio en términos de rapidez o precio, los coleccionistas también pueden elegir métodos de envío más sostenibles, como el transporte marítimo, y animar a otros a hacer lo mismo.
Existen soluciones creativas para encontrar fuentes de energía alternativas, métodos de transporte diferentes y nuevas formas de hacer negocios, siempre que los directivos de las organizaciones las consideren lo bastante importantes como para utilizarlas. Si los coleccionistas siguen dando prioridad a la sostenibilidad en sus decisiones de compra, lo que parece probable, a las empresas les resultará más difícil participar en el proceso sin hacer cambios ellas mismas. De este modo, la esperanza es que la tendencia hacia una mayor sostenibilidad en el mundo del arte se convierta en un ciclo autopropulsor de cambios positivos.
Más información sobre la sostenibilidad en el arte:
¿Qué hacen las industrias del arte para adaptarse a las necesidades cambiantes de los coleccionistas?
Sostenibilidad: ¿qué hacen los museos para apoyar prácticas más ecológicas?
stonehagefleming.com
Founded 20 years ago by Ana Trigas, Latin Counsel is the premiere bilingual international Digital Legal Platform
Suscribe to our newsletter;
Our social media presence