Jeremy Martin
Vicepresidente, Energía y Sostenibilidad del Insitituto de las Americas
Insight: Jeremy Martin - El importante papel de América Latina en el Mercado Energético Mundial
Ante la perturbación de los mercados energéticos mundiales, América Latina, con sus importantes fuentes de energía tradicionales y la abundancia de energías renovables, puede desempeñar un papel fundamental en la estabilidad del mercado y la seguridad energética regional. Los riesgos país y de inversión han sido siempre grandes retos para la región, especialmente en el sector energético, donde los horizontes a largo plazo de los proyectos a gran escala exigen certidumbre y estabilidad. No obstante, la región tiene un claro papel que desempeñar en el fomento de la seguridad energética y la transición energética para apoyar los objetivos de reducción de emisiones del Acuerdo de París.
La Conferencia de Energía de Madrid (MEC), un Joint Venture entre el Instituto de las Américas, una organización sin ánimo de lucro con sede en California y el IPD Latinoamérica, una empresa de asesoramiento estratégico, se basa en el principio fundamental de las sinergias intercontinentales para la inversión y el desarrollo energéticos, haciendo hincapié en la transición energética.
La cuarta edición del MEC, prevista del 18 al 20 de abril, abordaran los temas como energético -asequibilidad, fiabilidad y sostenibilidad- con un imperativo implícito de inclusión. El evento contará con una sólida agenda y un variado conjunto de líderes de opinión de América Latina y Europa, que debatirán sobre el equilibrio entre Seguridad Energética y Transición Energética en el contexto de los objetivos climáticos. Se tratarán temas clave como la regulación de la volatilidad, los mercados del hidrógeno, el despliegue de la energía eólica y solar, la financiación y la gestión del riesgo, y el papel resurgente del gas natural y el GNL en el diálogo intercontinental sobre energía.
Regulación
Los reguladores, a menudo denominados árbitros del mercado, tienen una responsabilidad crucial a la hora de gestionar y garantizar mercados energéticos competitivos y fiables y, en consecuencia, de promover el desarrollo económico. Esto es particularmente cierto en los mercados que han perseguido agresivamente la apertura y la desregulación.
En América Latina y el Caribe, el papel del Estado y de las empresas estatales es un aspecto fundamental del sector energético, lo que plantea retos únicos para los reguladores y el modelo regulador. Además, la extrema volatilidad e incertidumbre de los últimos tiempos han sometido una gran tensión tanto a los mercados como a los reguladores. Los rápidos avances tecnológicos y las interrupciones han añadido capas adicionales de complejidad a las actividades diarias de los reguladores, haciendo más difícil la creación de la regulación y de los organismos reguladores correspondientes.
Descarbonización y electrificación
La descarbonización del sector energético y la mayor dependencia de la electricidad y las fuentes renovables requieren un importante desarrollo de las infraestructuras. Trasladar las moléculas renovables desde lugares de generación distantes hasta los centros de demanda requiere el despliegue de grandes proyectos de transmisión y distribución. Algunos sostienen que no puede haber transición sin transmisión. Además, la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles en el transporte, un área clave para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, ha dado lugar a un aumento de los vehículos eléctricos, en particular en el transporte público, con una infraestructura de carga también necesaria para apoyar la electrificación del transporte. También se están desplegando soluciones complementarias de almacenamiento de energía.
Como destaca la Agencia Internacional de la Energía, "la industria del petróleo y el gas se enfrenta a crecientes demandas para aclarar las implicaciones de las transiciones energéticas para sus operaciones y modelos de negocio, y para explicar las contribuciones que pueden hacer para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y alcanzar los objetivos del Acuerdo de París." Pero más allá de la propia industria del petróleo y el gas, hay otros sectores, sobre todo el acero y el cemento, que representan casi la mitad de las emisiones de CO2 de la industria, según McKinsey.
Para acelerar la transformación a lo largo de las vías de descarbonización, especialmente en los segmentos de la economía difíciles de eliminar, pueden utilizarse opciones de cambio de combustible como el hidrógeno. Las tecnologías en evolución, como la captura y secuestro de carbono (CAC), también están recibiendo inversiones en investigación y desarrollo.
Hidrógeno
El hidrógeno ha captado la atención mundial como posible vector y facilitador de la transición energética. Hay varios elementos a tener en cuenta, como los avances tecnológicos, el transporte marítimo y el futuro de las exportaciones de hidrógeno y amoníaco a larga distancia desde América Latina. El hidrógeno verde ha suscitado una gran atención, y América Latina podría convertirse en un importante exportador, sobre todo al mercado europeo. Sin embargo, los temas de certificación, comercialización y financiación deben abordarse y aclararse más adecuadamente para comprender plenamente el papel y la oportunidad del hidrógeno.
Eólica y solar
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), las energías renovables se convertirán en la mayor fuente de generación eléctrica mundial a principios de 2025. Los países de América Latina y el Caribe han multiplicado por seis la capacidad instalada de energía eólica desde 2013, alcanzando aproximadamente los 40 gigavatios, según datos de Statista.
La energía solar también ha experimentado un auge en los últimos años, impulsada por los avances tecnológicos y económicos, así como por el dinamismo de las subastas en mercados clave como Chile, Brasil, México y Colombia. A pesar de su importante expansión, la región sólo representa alrededor del 3,5% de la capacidad mundial de energía solar fotovoltaica, según datos de Statista. Sin embargo, dados los abundantes niveles de radiación solar y las políticas que impulsan las soluciones solares distribuidas, existe un potencial significativo para un mayor despliegue de soluciones de energía solar como una importante área de crecimiento.
Del mismo modo, los proyectos eólicos en la región se han visto impulsados por los avances tecnológicos y económicos, en gran parte debido a las subastas en Brasil, Argentina, México y Chile. A pesar del importante aumento de la energía eólica en la región, todavía hay espacio para el crecimiento, ya que América Latina y el Caribe sólo representa alrededor del 4,5% de la capacidad mundial según datos de Statista. La atención también se ha desplazado hacia las oportunidades en alta mar en la región, especialmente en Brasil, Argentina, Uruguay y Colombia.
En resumen, América Latina y el Caribe cuenta con abundantes recursos naturales fundamentales para alcanzar los objetivos energéticos y climáticos internacionales, desde las energías renovables hasta el potencial de hidrógeno y los minerales críticos. La capacidad de la región para desempeñar un papel significativo, tanto a nivel nacional como mundial, en estas áreas vendrá determinada por la intersección de la política, la regulación y la financiación. Esto es especialmente cierto para el nexo ALC-UE.
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