Reunión del G20 en Brasil: Lula destaca el papel del Sur Global mientras las potencias occidentales discuten sobre los activos rusos

Marina Vanni

Los ministros de Economía de las mayores economías del mundo se reunieron en Sao Paulo con motivo del G20 y la atención se centró en la cooperación económica para hacer frente a desafíos como el cambio climático y la pobreza. Pero a medida que se iniciaban los debates, resurgieron las tensiones geopolíticas, en particular en relación con los activos rusos.

Los desacuerdos entre las potencias occidentales, especialmente evidentes entre las naciones del G7, pusieron de manifiesto las complejidades a las que se enfrenta el grupo de potencias. Mientras que la Secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, abogó por aprovechar los activos rusos para ayudar a la reconstrucción de Ucrania, el Ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, contraatacó subrayando la necesidad de consenso entre los miembros del G20 antes de emprender tales acciones.

Por su parte, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva recibió al ministro de Asuntos Exteriores ruso Sergei Lavrov. "Discutimos las agendas bilaterales, los debates que tienen lugar en el G20 y cuestiones como la nueva gobernanza global y los BRICS. Reiteré la continua disposición de Brasil a colaborar con los esfuerzos de paz en Ucrania", dijo el presidente en Twitter/X. 

No obstante, Brasil, que presidía la reunión, pretendía alejar las conversaciones de estos campos minados geopolíticos y dirigirlas hacia el desarrollo sostenible, haciéndose eco de la visión de Lula de dar una voz más fuerte al Sur Global. Este énfasis en la inclusión se reflejó en propuestas como un impuesto mínimo sobre el patrimonio y la lucha contra los paraísos fiscales.

En su discurso de apertura, el Ministro de Finanzas brasileño, Fernando Haddad, destacó la importancia de combatir las desigualdades, una prioridad clave para la presidencia brasileña del G20. A pesar de los avances en la lucha contra la inflación tras la pandemia, reconoció que queda trabajo por hacer.

La presidencia de Lula marca el último giro de Brasil en el escenario mundial, alineándose con su estrategia más amplia de aumentar su influencia internacional y posponiendo su liderazgo en los BRICS para centrarse en el G20.

Autor: Marina Vanni