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Estados Unidos   

¿Qué hay detrás del déficit presupuestario en Estados Unidos?

Marina Vanni

Según los últimos datos oficiales, la deuda federal bruta del gobierno estadounidense asciende a 33 billones de dólares. Esto incluye tanto la deuda pública, que se debe a entidades externas, como la deuda intragubernamental, que representa el dinero que el gobierno se debe a sí mismo.

La cifra equivale a más de 101.000 dólares por persona en el país, según la Fundación Peter G. Peterson, que monitorea estos indicadores y alerta de una trayectoria insostenible de la deuda.

En las últimas décadas, la deuda pública estadounidense ha experimentado un aumento significativo. Hace sólo dos décadas (año fiscal 2003), la deuda federal bruta ascendía a 11,27 billones de dólares. Entre los factores que han contribuido al alza se encuentran las recesiones económicas, las crisis financieras y las políticas fiscales expansivas.

En la actualidad, la proporción o ratio de deuda respecto al PIB de EE.UU. es del 123%, un porcentaje muy elevado si se compara con otras grandes economías como China, donde el ratio deuda/PIB alcanza el 77% según el FMI, o Alemania, con un 64,6% según datos oficiales del país.

Sólo en este año presupuestario, se calcula que el déficit alcanzará la alarmante cifra de 1,5 billones de dólares, según la Oficina Presupuestaria del Congreso.

Aunque el tamaño de la deuda estadounidense es considerable, factores como la fortaleza de la economía del país, el rol del dólar como moneda de reserva mundial y la solvencia histórica desempeñan un papel crucial en la configuración de la percepción internacional de dicha deuda.

Varios sectores y entidades abogan por políticas más estrictas para evitar sobrecargar a las generaciones futuras. Los críticos sostienen que una deuda descontrolada podría provocar inestabilidad económica, inflación y un espacio fiscal limitado durante las crisis.

Sin embargo, los beneficiarios de la creciente deuda estadounidense son diversos. El gasto público financiado con deuda puede estimular el crecimiento económico, crear empleo y apoyar programas esenciales.

Por lo general, si existen dudas sobre la sostenibilidad de la deuda, los tipos de interés pueden subir, lo que repercutiría en los costes de endeudamiento del Gobierno y podría afectar a otros sectores sensibles a los intereses. En este escenario, los operadores de bonos vigilan de cerca la situación. En particular, los "vigilantes de los bonos" son especialmente proactivos a la hora de responder a las políticas económicas y fiscales que creen que pueden conducir a resultados desfavorables.

Autora: Marina Vanni

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