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Más de €11 billones en recursos hídricos peligran en Europa, comprometiendo la seguridad alimentaria y la sostenibilidad, según un informe de WWF

La degradación de ríos, lagos, humedales y otras fuentes de agua supone una amenaza directa para el medio ambiente y la población europea. Un nuevo informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) titulado "El alto coste del agua barata" revela por primera vez el valor de este preciado recurso: más de €11 billones en el continente, o unas 2,5 veces el Producto Interior Bruto de Alemania.

"Europa ha perdido hasta el 90% de sus llanuras aluviales en los últimos siglos, y el 60% de sus ríos, lagos y otras fuentes de agua superficiales no están en buenas condiciones", afirma WWF en su comunicado de prensa. La biodiversidad se ve severamente afectada por este fenómeno, y el aumento de las temperaturas globales y el mal uso del suelo agravan la situación.

"A pesar de contar desde hace décadas con una sólida legislación de la UE para proteger nuestras aguas, su deficiente aplicación, combinada con la sobreexplotación y la tendencia instintiva de Europa a utilizar infraestructuras de hormigón para intentar solucionar los problemas relacionados con el agua, significa que nuestros ecosistemas de agua dulce están rotos", afirma Claire Baffert, responsable de políticas de agua de la Oficina Europea de Políticas de WWF.

La cifra de €11 billones deriva de los datos de consumo de agua de hogares, agricultura e industrias (aproximadamente €1 billón al año), así como de beneficios como la purificación del agua, el almacenamiento de carbono y la protección contra condiciones meteorológicas extremas (aproximadamente €10 billones al año).

WWF sostiene que "la extracción de cantidades insostenibles de agua, las subvenciones perjudiciales, las alteraciones de los caudales fluviales, la contaminación y los impactos relacionados con el cambio climático están poniendo en peligro los ecosistemas de agua dulce".

Una investigación previa de la organización muestra que el continente tiene más de un millón de barreras en sus ríos, lo que lo convierte en el paisaje fluvial más roto del planeta.

El Banco Central Europeo ha destacado el vínculo entre las empresas y la naturaleza, ya que el 75% de los préstamos bancarios de la eurozona se conceden a compañías que dependen de al menos un ecosistema, lo que convierte los daños medioambientales en un riesgo para la economía.

Por ello, WWF reclama la aplicación inmediata de la Ley de Restauración de la Naturaleza de la UE, así como "avanzar hacia los objetivos de la Directiva Marco del Agua y la Estrategia de Biodiversidad de la UE".

"Invertir la pérdida de ecosistemas de agua dulce allanará el camino hacia un futuro más resiliente, positivo para la naturaleza y sostenible para todos", explica Stuart Orr, Global Freshwater Lead de WWF.

Autora: Marina Vanni

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