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Costa Rica   

Crecer para sobrevivir

Una breve guía para la expansión internacional corporativa

Manrique Blen, abogado de profesión, especializado en Impuestos. Actualmente se desempeña como director de Auxadi para Centroamérica y responsable directo de la operación en Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala.
Supervisa diariamente un equipo internacional que presta servicios de externalización de procesos de negocio (BPO) a clientes de varios países.
 


Crecer, es a menudo la única forma de sobrevivir. No es casualidad que las empresas más exitosas globalmente viven una cultura obsesionada con la innovación, con la expansión y con horizontes no explorados. Tampoco es de extrañarse que las mayores implosiones corporativas en la historia correspondan a equipos paralizados por su propio éxito histórico.

La expansión corporativa a nuevos territorios geográficos es una aventura, desde lo comercial hasta lo cultural; y como en cualquier aventura hay elementos que se replican. 

Lo principal a considerar es la interdisciplinariedad de un proyecto de esta naturaleza; un casamiento entre lo legal, contable, laboral, fiscal, tecnológico y lo comercial. Desde el día uno, toda empresa que decida mojar sus pies en territorio desconocido debe de contar con este matrimonio técnico, para evitar luego fugas de energía, tiempo y dinero.

¿Cuál es el impacto fiscal de la figura jurídica a utilizar? ¿Cómo inyecto capital a la nueva empresa? ¿Cómo voy a retribuir a los colaboradores? ¿Cómo integro mis reportes financieros?

Si cualquiera de estas preguntas fundamentales se respondiera solo bajo un único prisma técnico y no una visión holística interdisciplinaria, la internacionalización comenzará cuesta arriba en lo más básico.

"We’re not in Kansas anymore."

No menos importante en este proceso, es reconocer que se está ante un país nuevo y probablemente desconocido (más que en lo teórico o conceptual). Toda región es un mundo, en regulación, cultura, ritmos y procesos. Hacer copy/paste de las estructuras de Casa Matriz sin tomar en cuenta los requisitos y la realidad del país al que se expande, tiende a generar fricciones innecesarias. Traducir lo global a lo local, es un arte y necesita indispensablemente conocimiento práctico y visión integral.

Lo anterior, ciertamente se debe de lograrse también dentro de un equilibrio. En la internacionalización es poco eficiente constituir islas; lo que se haga localmente debe de generar algún tipo de visibilidad a nivel corporativo, tanto en lo comercial, como en el control de que se cumplan en plazo y forma con los requisitos legales y fiscales. De lo contrario, no estarán expandiendo un negocio, sino dando un salto de fe.
"Death and taxes"

No es sorpresa tampoco que el tema impositivo tenga un lugar prioritario en esta aventura. Todo, o casi todo, en esta vida, tiene impacto fiscal. Entender, implementar y cumplir con las exigencias locales impositivas es un trabajo de tiempo completo.

Desde interiorizar las regulaciones de Precios de Transferencia, CRS/FATCA, pasando por el mecanismo para facturar, declaraciones de impuestos, la necesidad o no de un apoderado local para presentar impuestos, la metodología para el pago de los tributos, retenciones para la planilla, etc. No tener respuesta a estas dudas de previo, generan problemas extravagantemente desproporcionados al tiempo que se le debió dedicar para prevenirlos.

Por último, pero no menos importante es el aspecto cultural. Siempre los equipos, estén donde estén, deben de alinearse alrededor de un núcleo de valores y una visión central, pero se hace necesario guardar algo de espacio para el sabor y la identidad local. Esto ayudará no solo a disminuir la rotación, sino a sacarle el mayor provecho a la diversidad que ofrece una estructura global.

Lo mismo ocurre cuando se proyectan plazos con entidades de gobierno, la eficiencia no siempre está a la orden del día y lo que en un país toma horas, en otro serán meses. Tener claridad de previo de estas realidades, ahorran muchos dolores de cabeza en la ejecución.

La falta de acción es también una decisión; pero es una que pone el peso del futuro en hombros de la suerte. Lo correcto es, conociendo la realidad de los retos de la internacionalización, planificar y actuar conforme, y siempre, siempre, aprovechar la experiencia de quienes ya hayan recorrido el camino.

Por: Manrique Blen
 

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